oscar-dominguez

Óscar Domínguez entrevista a Jotamario Arbeláez

oscar-dominguezPeriodista colombiano, Óscar Domínguez entrevista al reconocido poeta nadaísta, Jotamario Arbeláez, que recientemente cumplió 80 años.

 

 

 

Dios no ha tenido velas en este encierro
Óscar Domínguez

 

"Dios no ha tenido velas en este encierro. El Todopoderoso mismo ha sido una víctima más"
Entrevista con Jotamario Arbeláez

Jotamario Arbeláez
Jotamario Arbeláez y su nieta Emilia.
A los ochenta años y una nieta, Emilia, de pocos pañales de nacida, al poeta nadaísta Jotamario la pandemia no le hizo ni cosquillas.

No tiene quejas de la ternura, jura que Dios existe, que Claudia Jaramillo, su mujer, y sus vástagos Salomé y Salvador, son la sal de la tierra, que Villa de Leyva es la versión "boyaca" del paraíso.

Sin más poesía van algunas preguntas y sus respuestas:

 

—¿Que 80 años no son nada?

— La nada es el pico. Nunca pensé vivir hasta una edad tan avezada. El doble de lo previsto. Pero fue a los 40 cuando comencé a vivir gracias al premio de poesía de La Oveja Negra, la editorial de García Márquez. Y a los 50 cuando me cayó la anunciada  bendición de dos hijos de fábula, Salomé y Salvador. Y ahora a los 80 con la irrupción de la nieta que redondea mi plenitud en este último viaje a la vida con estación a la vista. Alcanzado el samsara. Abolida la rueda de encarnaciones. Despedido para siempre de esta bola de tierra.

 

— ¿Feliz ennieteciendo?

— Con Emilia Curtis Arbeláez en mis brazos no me cambio por el otro ser más feliz del mundo, si es que existe, ni por el diablo. Es la revancha de mi época existencialista, cuando sufría desmedidamente por la amenaza de la bomba atómica, el infierno que eran los prójimos, la ninguna esperanza sobre la tierra, los cuernos de mis adorados tormentos, la falta de papel carbón para mis poemas y el hambre de los niños de Biafra. 

 

— ¿Qué médicos lo miman a estas alturas del partido?

— Estoy en las manos providencial es del doctor Carlos Delgado, que además de galeno es un sabio ensayista experto en el corazón y en la mente, quien prepara un libro sobre el cerebro de Cristo y me mantiene controlado el ácido úrico, la tensión, la gastritis y el corazón. El urólogo Gustavo Adolfo Salazar, quien se encargó de mi próstata dejándome como entablillado el cipote para un óptimo desempeño. El cardiólogo Adolfo Vera Delgado quien al paso que voy me garantiza 16 años más de tecleo. Y no puedo dejar de mencionar al insigne dermatólogo René Rodríguez, quien hizo que dejara de ser el doble de Yul Brinner y pasara a serlo de Elvis Presley, como lo fuera en mi juventud.  

 

— ¿Ha sido este un buen tiempo para la poesía

— Todos los tiempos son buenos para la poesía, sobre todo los de guerras y pestes y desamores, más que los de paz y salud y romances felices. Alguien dijo que los dioses enviaban las guerras para que los poetas se solazaran. Menos mal hubo Troya para que Homero nos dejara su canto imperecedero. Aprovecharé esta pandemia para escribir, a la manera del Decamerón de Boccaccio, el Sexamerón.  

 

— ¿Es usted ahora una mejor persona que antes del Coronavirus

— Antes del Covid 19 tenía alborotado el virus del Ego que me acompañó toda la vida en las verdes y las maduras, haciéndome cosechar triunfos de oropel. Con la llegada del Covid acudí a un maestro gnóstico que hasta se quitó el nombre, quien con base en los métodos de Samael Aun Peor, logró aniquilar mi Ego mayúsculo. Ahora soy perfecto.

 

— Lo bueno, lo malo y lo feo del bicho que nos niveló por lo bajo? 

— No le veo nada de bueno mandar a encerrarse en la casa a la población, como cualquier presidente Lleras Restrepo. Lo malo es que no se sabe cuándo se va a acabar. Y lo feo que si me da me muero del susto.

 

— ¿Fuera de esta pandemia hay salvación? 

— Como en las ocasiones de supremo peligro, el grito es: Sálvese quien pueda. A morir con las manos limpias cuando lo que habría que limpiar sería la conciencia. Ahora las mujeres se ven más bellas con tapabocas.

 

— ¿Estamos ante un castigo de Dios o de los hombres? 

— Dios no ha tenido velas en este encierro. El Todopoderoso mismo ha sido una víctima más dela más pequeña e infecciosa de las partículas. ¿O por qué cree que está encuarentenado en el cielo? Pues para no contaminar a los ángeles.

 

— ¿Se amañó el tiempo que ha tenido las cuatro paredes por cárcel?

— Estoy en La montaña mágica, mi residencia campestre con 16 paredes, 2 perros. 7 mil libros y 400 cuadros. Un bar que se llama: "¿Qué tomas man?" La mujer de mi vida, los hijos de mi cuerpo y la nieta del alma. Para quejarme, como decía Gonzalo Arango y como lo debe estar haciendo ahora, tendría que estar muerto.

 

— ¿Qué le deja a usted la pandemia?

— La sospecha de que el mundo puede acabarse antes que uno. 

 

— ¿Qué le deja usted a ella? 

— La seguridad de que tendremos otra humanidad por delante. Más consciente, más cuidadosa, más humanista. Y un nuevo Dios curado de espantos.

 

— ¿Está bien que haya pandemias? 

— Si ha sido para cambiar para bien, sea bien venida y bien ida.

 

— ¿Qué certezas nuevas adquirió? 

— Que no hay enemigo pequeño. Y que mientras más pequeño el enemigo, más peligroso.

 

— ¿Qué certezas perdió?  

— La de que somos los reyes de la Creación.

 

— ¿Ya está haciendo fila para vacunarse? 

— No, porque haciendo esa fila nos vamos a contagiar todos.

 

— ¿A quién le escondería la vacuna contra el COVID-19? 

— A un ex presidiario al que ya le dio.

 

— ¿Se siente más cómodo saludando con los codos o con los puños que de beso y abrazo? 

— Ahora uso los codos para marcar el piso del ascensor y hasta para acariciar a mi dama.

 

— ¿Su candidato presidencial en la pandemia o después de la pandemia?

— Hablando en serio, el que le trajo la paz a Colombia que la están volviendo chicuca otros virulentos: Humberto De la Calle Lombana. 

 

— ¿La frase de año pasado? 

—  "No informamos al mundo para no despertar el pánico". Joco Widodo, presidente de Indonesia.

 

— ¿Su personaje del año pasado? 

— El murciélago chino.

 

— ¿Lo mejor y lo peor que le ocurrió durante este forzoso sabático? 

— Conservar los dos metros de separación en la cama de La montaña mágica, lo que me la convirtió en un rancho de pajas.

 

— Sírvase inventar un haikú –conjuro para alejar el bicho

— Virus invisible
que impone la muerte.
Vuélvete visible, y desaparece.

 

— ¿Ahora que casi todo el paisaje femenino está escondido por el tapabocas cómo se las ha apañado para conquistar? 

— Así como solía hacer el amor a distancia cuando era parapsicólogo utilizando el desdoblamiento, ahora con mayor razón y mayor facilidad apelo al amor a distancia con mis tres fans principales a través del Messenger. Así se agudizan las sensaciones, se facilitan los trámites y se aminora la culpa.

 

 

Óscar Domínguez Giraldo. Escritor, periodista y columnista colombiano. Fue director de Colprensa y ha sido corresponsal de Radio Francia Internacional y de la DW (Voz de Alemania).

Jotamario Arbeláez. Poeta colombiano nacido en Cali (1940). Representante y cofundador del movimiento nadaísta colombiano, desde su primer libro de poemas, El profeta en su casa (1966), demostró la ironía y la mordacidad que había asimilado a través de sus lecturas de los creadores surrealistas. A ésta primera obra siguieron, El libro rojo de rojas (1970), junto a Elmo Valencia; Mi reino por este mundo (1981), La casa de la memoria (1985), El espíritu erótico (1990), realizada junto al pintor Fernando Guinard; y El cuerpo de ella (1999).