Por la simple fricción de las palabras. Sonia Manzano Vela

sonia-manzanoEl escritor mexicano, Roberto Acuña, comparte con los lectores de La Otra, una muestra de la obra de la escritora y pianista ecuatoriana, Sonia Manzano Vela.

 

 

 

Por la simple fricción de las palabras
Sonia Manzano Vela

 

VASO GRIEGO

No encuentro un fin que justifique los medios vasos
de mi absoluta euforia.

Ser feliz demanda sus esfuerzos
y la tristeza más triste
es la que no se percibe.

Alguien elige su elegía
en dulces versos yámbicos
y señala la colina
en donde no hará escala obligatoria
el pájaro parapléjico.

Pájaro migratorio
detente en Lesbos
no importa que sea extemporáneo llorar
por el suicidio de Safo.

 SALOMÉ

Desde su bandeja de plata
los ojos de mi cabeza siguen
las alocadas contorsiones de esta danza.

Bailo en honor a la agonía
que arquea mi espalda
y en honor de esta tiara de monedas
que hace sangrar mi frente.

Bailo porque mi vientre tiene espasmos
y porque nadie me pasa una pastilla
que neutralice el frío de esos ojos.

Para mí no existen los demás
pedí y me fue entregada 
la culpa en bandeja
mi castigo consistirá
en no dejar que se cierren los ojos
de la cabeza muerta.

ME TOMO LA LIBERTAD

Me tomo la libertad de rechazar
el pollo frito y el puré de papas
de esta última cena.

Hago ejercicios preparatorios
agarro cables eléctricos
con el corazón mojado.

Abomino de cualquier consuelo tonsurado
y de cualquier indulto que llegue
a insultantes deshoras.

Acepto apenas
el revuelo del halcón
amarrado a mi brazo.

El revuelo de la que habla
es asunto estrictamente mío.

Me tomo la libertad de anteponer la madrugada
a la morosa noche.

Me tomo la palabra y me atraganto
me tomo el pulso
y me declaro viva.

Me tomo por asalto y desvalijo
lo que queda de mí
cada que muero.

DEBO AUSENTARME

                                       "Porque en líquido humor viste y tocaste
                                         mi corazón deshecho entre tus manos."
                                                                 (Sor Juana Inés de la Cruz)

Debo ausentarme
me toca revisar mis trampas de la fe
para saber si en una de ellas ha caído
el humo que en las noches 
rebusca entre mis mieles desabridas
mi olor a mandarina desgajada.

Debo enclaustrarme 
en una celda en la que quepan
mi pluma de gaviota 
mi rosario de cuentas pendientes 
a más de un catre dispuesto a recibir
mis líquidos humores
aquellos que la poesía vio y tocó
cuando tuvo
"mi corazón deshecho entre sus manos".

Es hora de canjear
los placeres mundanos
por el juego en solitario de escribir
hasta que sangren 
las yemas de mis dedos.

Tendré que ser mi propia musa 
si es que aspiro a ocupar
un sitial en las letras culteranas
aunque lo que en realidad deseo
es ocupar un sillón de miembro vitalicio
en la Plebeya Antiacadémica de la Lengua.

No soy la décima
ni la undécima 
ni la vigésima primera musa
que se inspira a sí misma 
para sacarse de adentro
la carne hecha verbo conjugado.

Yo soy la primera musa de mi especie
la única y la última
la que no volverá a repetirse.

En mí se apagará
entre alaridos de humo
el fuego que me trajo.

LLUEVE

Llueve torrencialmente
Se ahoga un mamut en mis entrañas
se ahoga un embrión de dinosaurio
en su propio huevo
se ahoga un pájaro carnívoro
con un trozo suculento de lujuria.

Llueve como si hoy día fuera
el debut y despedida de las aguas
Se ahoga el verano
en mi abrigo de invierno
se ahogan mis sandalias
en el charco más inmundo del silencio.

Llueve y adentro de mi cueva
un rayo parte
el altar sagrado de mis ídolos.

Hasta mis pies de mono
cae un remedo de hombre.

invento el miedo.

POR LA SIMPLE FRICCIÓN DE LAS PALABRAS

Por la simple fricción de las palabras
se llega al éxtasis
En esta
mi primera relación con el texto
textualmente me revuelco en el lenguaje.

Entreabro los labios para decir
"esta boca es mía"
pero no sé si soy yo
la que por esta boca está hablando.

No importa que nadie me recuerde
en este último día
tan parecido al siguiente.

Algo que no es la rosa de otros días
fluye entre los muslos
desangra para siempre entre los labios
la rosa que no muere.

 

Sonia Manzano Vela (Guayaquileña, ecuatoriana, poeta, narradora, ensayista y pianista. Su obra lírica está conformada por doce poemarios, entre los que se cuentan Full de reinas (1991), Patente de corza (1997), Último regreso al Edén (2005) y Espalda mordida por el humo (2015). Su poesía consta en numerosas antologías ecuatorianas y extranjeras, entre otras: Casa de Luciérnagas, de Mario Campaña (Barcelona – Bruguera – 2007), Poetas nuestros de cada día: Marco Antonio Rodríguez (CCE Quito, 2008), Tapestri of theSun, an Anthologi ecuatorian poetri (Guayaquil, Centro Ecuatoriano Norteamericano, 2009), Poesía ecuatoriana contemporánea, de Cesar Dávila Andrade hasta nuestros días: Xavier Oquendo (CCE – Quito – 2011), Antología de la poesía ecuatoriana contemporánea, de Emilio Cocco, (edición bilingüe, italiano español – Italia – 2012), Poetas Hispanoamericanas de hoy (España, 2007) y Poesía ecuatoriana contemporánea (México, 2010). Su Obra ha sido traducida al inglés, francés e italiano.