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¿Qué me dice la Quinta de Mahler? Benito Alcocer

arturo-diemeckeBenito Alcocer, productor de espectáculos escénicos, dialoga con el destacado director de orquesta Enrique Arturo Diemecke sobre la Sinfonía No. 5 de Gustav Mahler.

 

 

 

¿Qué me dice la Quinta de Mahler?
Benito Alcocer

Entrevista a Enrique Arturo Diemecke sobre la Sinfonía No. 5 de Gustav Mahler, con motivo de su reciente interpretación en enero de 2020 con la Orquesta Sinfónica de Israel.

B. A.: ¿Qué es más real para tí: el sentido de música pura que señala Walter, o el de música descriptiva que sugiere Mengelberg?
E. A. D.: Para mí la Sinfonía No. 5 de Mahler es ante todo un sueño, metafísica. Yo, desde niño, solía visualizar la música, y la obra de Gustav Mahler siempre despertaba en mí muchas imágenes, impresiones, nociones, sensaciones y sentimientos más allá de los sonidos y formas de composición. La Sinfonía No. 5 no es una excepción.  Puedo percibir aquello que movía al compositor al momento de crear esta obra: su amor, dirigido no sólo a Alma, la esposa de Mahler, sino a todo el mundo. Entiendo la visión de Mengelberg, que hablando sobre la "música descriptiva" de la sinfonía, se refería a este amor. El amor, junto con el cual yo veo una lucha constante entre dos grandes fuerzas, un conflicto interno.
Pero bien no podemos descartar la visión de Bruno Walter, puesto que él, siendo una persona cercana a Mahler, conocía sus intenciones y su trabajo, digamos, de primera fuente. Walter tenía la posibilidad de comparar el estado de ánimo —musical y emocional — del compositor que escribía sus primeras cuatro sinfonías con éste otro, que propugnaba por una revisión del contrapunto de Bach, por ejemplo. Por otro lado, hablando desde una perspectiva estrictamente musical, recuerden que yo tengo una formación ortodoxa como músico, por lo que al analizar una partitura antes de su interpretación me hace ser testigo del compromiso formal de Mahler con este género. 

B. A.: Mahler, citado por La Grange, decía: “En Bach se encuentran reunidas todas las células vitales de la música, como en Dios en el mundo. Jamás ha existido una polifonía más sublime” ¿Dónde, en la obra de Mahler, podemos ver  esa presencia de la polifonía de Bach?
E. A. D.: La polifonía al estilo de Bach se puede escuchar claramente en la tercera parte, en el quinto movimiento, específicamente con los violonchelos en el Número 2: tenemos la presentación del tema en una fuga, donde la imitación aparece en los violines segundos. Luego se suman las violas y se van agregando los demás instrumentos. Así sucesivamente, desplazándose entre varias tonalidades y diversas figuras rítmicas hasta alcanzar un clímax tremendo al regresar a la tónica. Esto es la esencia del estilo de Bach. Sin embargo, lo encontramos en algunos momentos del primer movimiento, cuando escuchamos un contracanto, a la manera de un contrapunto académico en la parte lenta, y en el Scherzo, claro.

B. A.: La Grange cita a Mahler en una conversación con Alma, donde menciona que “estaba componiendo un Scherzo de una dificultad colosal, en el que las voces individuales son tan difíciles de tocar que cada una exigirá a un solista”. Todos somos conscientes de la magnitud y dificultad de esta sinfonía, pero en términos de análisis ¿qué recursos emplea Mahler para expandir o desarrollar sus temas, particularmente en este movimiento?
E. A. D.: Antes que nada quisiera comentarles que es en el Scherzo donde me surge la idea de una lucha interna en Mahler, representada por dos fuerzas confrontadas que chocan todo el tiempo. A parte de ser un movimiento de grandes contrastes, por un lado tenemos el tema principal con su aparente calma que se irá transformando en una fuerza descomunal y estridente, la cual estará en oposición a los dulces temas del Länder, o del corno obligato. En complemento a esto quisiera agregar que presiento que Mahler vive ciertos retos u obstáculos que debe superar a través de la música. Finalmente este Scherzo es una demostración de poder que nos permite ver a un Mahler distinto, un Mahler que arriba a un lugar, y otro que parte. 
Ahora bien, este es un Scherzo aparentemente tradicional como en Beethoven en una forma tripartita, y pese a que sus secciones y temas están muy bien delimitados y son de fácil identificación por el público, éstos contienen elementos de ampliación muy particulares que el compositor emplea mediante variaciones tímbricas o el desplazamiento por varias tonalidades. Igualmente, para mí es una novedad maravillosa la aparición del corno obligato en lo que sería el Trio, ya que actúa como un solista con un línea melódica muy lírica. Aprovecho para mencionarles que esto ha dado pauta para que muchos directores de orquesta soliciten al cornista principal que se ponga al frente de la orquesta para tocar este solo, —lo cual yo nunca hago. Por consiguiente, habría que decir que Mahler “moldea” este Scherzo que pareciera que no tiene contención alguna, y es así que encontraremos aspectos musicales atribuibles al estudio de la polifonía de Bach, como la presencia de fugatos, por ejemplo. Finalmente la Coda, me recuerda los valses de Strauss hijo ya que cita todos los temas del Scherzo y el Trio al estilo del autor austriaco.

B. A.:  Mahler no dejaba de preguntarse sobre los detalles de la orquestación de esta sinfonía, e introdujo numerosas modificaciones durante los ensayos. ¿Qué nos puedes decir de la versión de 1905, y la posterior reorquestación que fue estrenada hasta 1964; qué diferencias encuentras?
E. A. D.: No hay un cambio sustantivo en cuanto a la obra, pero sí modifica la orquestación la cual podemos observar en el empleo de instrumentos para reforzar algunos pasajes, y en otros momentos simplemente cambió de timbres. Así que aunque las versiones son muy distintas en términos de color instrumental, no hay un cambio de estructura musical.

B. A.:  Con la composición de su Sinfonía No. 5 estamos ante un Mahler de madurez ya decantada, quien ha decidido renunciar a la Filarmónica de Viena y encuentra por fin a su compañera de vida. Este momento está lleno entre otras cosas de críticas buenas y malas, ¿qué piensas sobre el contexto “modernista” que destapa esta sinfonía; es una obra que define ya el siglo XX con su multitud de caminos y vanguardias, por ejemplo?
E. A. D.: Mahler siempre guardó distancia ante las críticas, buenas y malas, pero creo que lo hizo aún más con esta obra porque estaba muy seguro de sí mismo, ya que la concibió sin ningún prejuicio. De acá se desprenden dos elementos interesantes, primero es muy claro su objetivo, porque ante todo, como ya les he dicho, destaca la gran fuerza emocional que inunda a Mahler en ese entonces, y los ejemplos son la fuerza para salir adelante después de estar a un paso de la muerte; la fuerza para dejar la Filarmónica de Viena; la fuerza ante la crítica y el ambiente en general de Viena, y la fuerza por eso que lo hace sentirse renacer, que es su entrega a Alma.
En segundo lugar en lo musical, con el llamado de las trompetas al inicio de la sinfonía, para mí ya era la llegada de una nueva era. Es el final y el inicio de algo. Mahler abre caminos sonoros y emocionales distintos con un nuevo estilo de composición en donde las formas y la armonía preestablecidos simplemente se desbordan con gran energía. Muchas expresiones conocidas hasta entonces estarán rebasadas, y por último, otra gran aportación es, desde luego, la orquestación, que es esa falta de pudor para desarrollar, expandir y romper los moldes tradicionales del color instrumental. Somos testigos de estos conceptos impactantes con el clamor de los sonidos sobre agudos calantes, con los bellups y disonancias, que son completamente vanguardistas e irreverentes estéticamente hablando.
Pero atención, porque con esto Mahler no renuncia al pasado ya que en su gran técnica y claridad están la seguridad de la forma, la armonía y la estructura tonal, dejando constancia de que intelectualmente estamos ante una obra de arte. Del mismo modo voltea hacia Bach como lo hicieran previamente Beethoven, Mendelssohn, Brahms. Un Bach, que al igual que Mahler fue un vanguardista, un visionario y un amante estudioso de la antigüedad. Mahler se va a ligar a la figura de Bach por el estudio de su polifonía, pero además porque contiene en su inconsciente germánico esa urgencia de llevar a la armonía más allá de sus propios límites.

B. A.:  ¿Es el Adagietto una dualidad de “pesimismo-muerte”,o es un “canto de amor” verdadero de Gustav por Alma? ¿Es el “Thanatos-Eros” del que nos habla Lebrecht. Es cierta esta ambigüedad musical: energía vital y muerte?
E. A. D.: Para mí el Adagietto es el punto culminante del sueño del que les había hablado antes. Siento que es música que está más allá del bien y del mal porque allí se encuentran los anhelos más profundos que un ser humano pueda tener de amor y tristeza simultáneamente. Es igualmente un renacer en Mahler —yo empleo la metáfora “como gotas de lluvia que caen” —, porque recordemos que Mahler había estado recientemente en riesgo de muerte, estaba, efectivamente, entre la vida y la muerte.
De igual modo, este movimiento contiene pasión contenida. Veamos un ejemplo en la música: cuando escucho los primeros acordes descendiendo con el arpa, las violas y los chelos, veo como un espíritu baja y ve hacia adentro de nosotros. Posteriormente aparecen las tres primeras notas que suben en crescendo, en donde busca expresar esa emoción más pura de su corazón. Pero se detiene y surge una paz increíble, ese resultado de su apaciguante entrega sentimental. Mientras tanto en ese ir y venir de melodías que ascienden y descienden vuelven aparecer esas sensaciones de lucha, de conflicto, de oposición de dos fuerzas contrarias.
Durante este movimiento tenemos varios momento climáticos, pero al final en la recapitulación el compositor aparece ansioso como queriendo poseer a su amada. Entre pausas y arranques se revelan dos deseos encontrados: de ofrecer todo al amor y al mismo tiempo de frenar, como queriendo congelar el tiempo para la pasión; contenerse para mantener a la amante eternamente.
Muchos autores han hablado de estas dualidades en el Adagietto y en el Scherzo como habíamos visto anteriormente. Pero quien retrata muy bien esta pasión desbordada y reservada hacia un amor inalcanzable es Luchino Visconti en su película Muerte en Venecia. Allí encontramos al protagonista, puro y frágil, para quien avanzar en una relación podría significar destruirse, por lo que el personaje se detiene constantemente. En vez de ir hacia su objetivo, el amante decide alargar esa sensación contenida para perpetuar el enamoramiento porque sabe que el amor puede resultar inalcanzable. Esta atmósfera es tan bien transmitida por las imágenes y la música que hasta parece que el texto sale sobrando.
Por último, y en relación a esto, me he preguntado muchas veces si el motivo del inicio de la Marcha fúnebre del primer movimiento no es una imitación de la Marcha nupcial de Sueño de una noche verano de Mendelssohn, en donde subyace simbólicamente la perpetuidad de la vida y del amor.

 

BIBLIOGRAFÍA

De La Grange, Henry-Louis, Gustav Mahler. Traducción Francisco López Martín. Editorial Akal. Madrid, España, 2014.

Lebrecht, Norman. ¿Porqué Mahler? Cómo un hombre y diez sinfonías cambiaron al mundo. Traducción Bárbara Ellen Zitman Ross. Alianza Música, Editorial Alianza. Madrid, España, 2011.

Silbermann, Alphons. Guía de Mahler. Traducción Jesús Albores. Alianza Música, Editorial Alianza. Madrid, España, 1986.

Walter, Bruno. Gustav Mahler. Traducción Soledad Gafaell Vivanco. Alianza Música, Editorial Alianza. Madrid, España, 2002.

 

Enrique Arturo Diemecke. (Ciudad de México, 1955) es un director de orquesta, violinista y compositor mexicano de origen alemán. Se desempeñó como director artístico de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, la Orquesta Filarmónica de Bogotá, la Orquesta Sinfónica de Long Beach, la Orquesta Sinfónica de Flint, en Estados Unidos, ​ y la Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional en México. Ganador de múltiples premios internacionales. En 2014 fue declarado "Personalidad Ilustre de la Cultura" por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
En 2019 fue nombrado Presidente Honorario de la Sociedad Mahler México.
En 2019 fue reconocido con el Premio Konex 2019 como uno de los 5 mejores Directores de Orquesta de la última década en la Argentina.

 

Benito Alcocer. Productor de espectáculos escénicos. Fue Director ejecutivo de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, en el Teatro Colón de Argentina; Gerente artístico de la Orquesta Sinfónica Nacional de México; Coordinador artístico de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, y Gerente de la Sinfónica del IPN, México.
Realizó la Producción ejecutiva y Gestión administrativa de más de 300 conciertos de música sinfónica y15 óperas, así como la producción musical de más de 15 discos. En 2002 fue nominado a un Grammy Latino por la producción de un disco de música clásica y en 2004 ganó el premio Lunas del Auditorio Nacional junto con la Orquesta Sinfónica Nacional de México y Enrique Arturo Diemecke.
Actualmente es Asistente de la Dirección Artística del Teatro Colón.